La galaxia ecológica

Publié le par Manolo Barrero

Aunque haya sido haciendo de la necesidad virtud, bienvenida sea esa galaxia ecológica como algunos ya la han denominado. Me refiero a ese frente unitario que se ha puesto en marcha con motivo de la celebración de la universidad de verano de Los Verdes franceses. Las elecciones europeas están a la vuelta de la esquina y acudiremos a la cita en un momento particularmente delicado no sólo para los ecologistas, sino también para la sociedad en general. Es una evidencia que la crisis ecológica, además de golpear a la sociedad acentúa aún más la crisis social. Y en estas circunstancias hemos de ser capaces de ofrecer una respuesta global y con soluciones concretas para resolver los graves problemas medioambientales y sociales que tenemos. En España, al igual que la inmensa mayoría de los países miembros de la UE, las trabas son constantes para que no se lleve a cabo un verdadero debate sobre los problemas medioambientales y sus repercusiones en nuestras vidas. Y como tampoco Los Verdes en solitario estamos en condiciones de imponerlo, la única manera de conseguirlo es mediante la creación de un amplio frente social. En el que tienen que tener cabida las más diversas sensibilidades que cuestionan y combaten el modelo de desarrollo actual. Ha llegado, pues, el momento de proponer sin complejos un nuevo modelo de desarrollo basado en el decrecimiento sostenible, en oposición al productivismo liberal que recorre Europa. Esas políticas han fracasado. La crisis en la que ya estamos inmersos y de la que nadie sabe cuando saldremos, es el resultado de ese desbocado crecimiento del que ya nos alertaba el Club de Roma hace casi tres décadas, pero que los diferentes Gobiernos han venido exhibiendo como un signo de prosperidad. Pero la crisis está trayendo otras consecuencias, quizá menos visibles, pero más perversas. Ni más ni menos que un recorte de las libertades individuales y colectivas. O sea, un retroceso de la democracia. Con el pretexto de garantizar la seguridad frente a la amenaza terrorista, se está invadiendo el terreno de la privacidad. Si nadie lo remedia, Europa adoptará leyes que permitirán por ejemplo, que las compañías proveedoras de servicios de Internet puedan tener legalmente acceso a toda la correspondencia que se intercambia en la red. Pues esta  batalla también es de los ecologistas. Y para poder librarla, con unas mínimas garantías de éxito, es preciso que Los Verdes españoles también estén en el Parlamento Europeo. En esa tarea nos tenemos que emplear a fondo todas las sensibilidades verdes, e imitando a nuestros compañeros franceses invitar, y sin condiciones de ningún tipo, a todo ese amplio abanico que hoy conforma la ecología asociativa. Y hay que ir todavía más allá. En esa galaxia ecológica también ha de tener un hueco todo el movimiento altermundialista que cuestiona el modelo de desarrollo liberal-productivista.  Sin olvidar a intelectuales, artistas, científicos, investigadores, deportistas etc.

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