“Tontos de los cojones”

Publié le par Manolo Barrero

Un menda llamado Pierre Joseph Proudhon, dicen que muy erudito él, escribió un inmenso tocho denominado “Filosofía de la miseria” donde acuñó una teoría  que políticos del mundo mundial y de diversas tendencias han hecho suya. Esto es, “La política es la ciencia de la libertad”. Y que el alcalde de Getafe, a la sazón socialista de pedigrí y presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, aplica a rajatabla. En uso de esa libertad se pregunta en voz alta ¿Por qué hay tanto tonto de los cojones que sigue votando a la derecha? Buena pregunta, sí señor. Y todos nosotros sin caer en la cuenta del porqué España está como está. Pues el regidor de Getafe, el tal Pedro Castro, sin darse importancia acaba de poner en nuestras manos la piedra filosofal. Media España es tonta de los cojones. Lo que no nos ha dicho es en que situación queda la otra media. Porque una mitad vota a la derecha y la otra mitad a la izquierda. Y él lo sabe mejor que nadie puesto que representa a 8.000 alcaldes. De los cuales el 50% han sido votados por un batallón de “tontos de los cojones”.

Madre del amor hermoso, el nivel de nuestros próceres cabalga a ras de las margaritas. Y lo que es peor, con semejante concepción del pluralismo democrático es para echarse a temblar. Si esto lo dicen las élites que se puede esperar de la plebe. Los del PP, que naturalmente son los agraviados ya han pedido su dimisión. Y él ya les ha contestado que naranjas de la china. ¡Faltaría más! Y todo lo que se le ocurrió es poner a Esperanza Aguirre de chupa de domine por haber salido  tarifando de Bombay dejando al resto del séquito en medio del fuego cruzado. Como argumento de defensa es ciertamente flojillo. Después de pedir disculpas, que las ha pedido, debiera de haberse callado. Pero pedirle a un político eso es como pedirle peras al olmo.

Bajo cualquier prisma que se mire, este alcalde no puede estar al frente de una institución como la FEMP. Porque ese cargo no lo ha obtenido en las urnas, sino que es el resultado de una serie de negociaciones entre bastidores. Los 8.000 alcaldes españoles no pueden estar representados por un sujeto con esta concepción de la democracia. Sus manifestaciones no se han hecho en un ámbito privado. Estaba en el ejercicio de su función como alcalde y dirigiéndose a sus administrados. Consiguientemente, han adquirido una relevancia pública que ni él mismo esperaba, pero eso tenía que haberlo pensado antes. Porque todos somos dueños de nuestros silencios y prisioneros de nuestras palabras. Yo si fuera uno de esos alcaldes miembros de la FEMP, no aceptaría que un sujeto así me representara. O se marcha él o me marcho yo. Precisamente porque “la política es la ciencia de la libertad”.       

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