Un condenado por un delito de abusos sexuales preside el Comité de Empresa del Ayuntamiento de Villablino

Publié le par Manolo Barrero

Rubalcaba y MéndezAun cuando estés al cabo de la calle y presumas de que te la bufa toda la algarabía mediática que te rodea, seguro que has oído hablar del caso Nevenka Fernández. Sin embargo, me apuesto la hijuela que no te suena de nada el caso Sonia L. No te preocupes porque tampoco le suena a la ciudadanía en general, ni a la casta política en particular, ni a la sindical ni a maría santísima. En esta sociedad si el foco mediático te ignora ya te puedes dar por jodido. Por más batallas judiciales que ganes seguirás siendo una insignificancia anónima. Y sin embargo Sonia, al igual que Nevenka, también ganó la batalla judicial. Logró que el indeseable que la acosó e intentó abusar sexualmente de ella fuera juzgado y condenado. El fallo de la sentencia, que dicho sea de paso no fue recurrida en ninguna instancia, no deja el menor resquicio para la duda (…) 1º) Un año y seis meses de prisión, con inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio durante el tiempo de la condena; así como a la pena de prohibición de aproximarse a menos de quinientos metros de Sonia, como de comunicarse con ella por cualquier medio o procedimiento durante un período de cinco años. 2º) A indemnizar a Sonia en la cantidad de 495€. 3º) Al pago de las costas del presente procedimiento, incluidas las causadas por Sonia (…) Lo dicho, inapelable. Pero Sonia, al igual que Nevenka, también perdió la batalla social. Las dos han tenido que exiliarse. Una abandonó Ponferrada y la otra Villablino. Dos municipios importantes de la provincia de León. Y aún hay más coincidencias. Los dos indeseables llevaron acabo su hazaña desde una posición de superioridad jerárquica en la casa consistorial. Uno como alcalde y el otro como responsable del polideportivo municipal. Pues si Nevenka era concejala, Sonia desempeñaba la dignísima función de trabajadora en el polideportivo municipal.

En mi anterior entrega califiqué al flamante alcalde de Ponferrada, Samuel Folqueral, como un ser políticamente despreciable. Lo mantengo. No obstante, suscribo sus manifestaciones sobre el aprovechamiento político  que del caso Ponferrada han hecho unos y otros. Y en primer término, sus propios compañeros de la agrupación socialista de León capital. Por ejemplo, ni la cúpula ni la base  ha expresado jamás la menor condena sobre lo sucedido en Villablino en un caso muy similar. Y que no nos cuenten ahora que lo ignoraban. El Mundo de Castilla y León, Diario de León y La Crónica, en mayor o menor medida, se hicieron eco del caso. ¿Por qué el delincuente de Ponferrada huele a azufre y el de Villablino no? ¿Acaso tiene algo que ver el hecho de que el ayuntamiento de Villablino, en el momento en el que ocurrieron los hechos, estuviera presidido por una alcaldesa y a la vez senadora socialista? Una señora que, según todos los indicios, ocultó deliberadamente la existencia de dicha sentencia. Y que para mayor humillación de la víctima ha mantenido al condenado en su puesto de trabajo. Eso sí, con la aquiescencia de la inmensa mayoría de los miembros de la corporación municipal. Solo el concejal de Ecolo-Verdes propuso la extinción de la relación laboral. Propuesta rechazada por los representantes del PSOE, IU y MASS, mientras que los del PP optaron por la abstención. Y lo más penoso es que de los 17 miembros que la componen 9 son mujeres. Todas ellas, mirando para otro lado, han rebajado al mínimo la dignidad femenina.

Y si en este asunto el comportamiento del PSOE ha sido repugnante, no lo ha sido menos el de UGT, cuyos líderes locales, provinciales, regionales y nacionales tampoco se enteraron de que en sus listas figuraba un condenado por abusos sexuales. Un delincuente votado y elegido, nada más y nada menos, que presidente del comité de empresa del ayuntamiento de Villablino. Un blindaje asqueroso que hasta la fecha solo Ecolo-Verdes ha censurado y criticado. Un delincuente que luce el palmito con desafiante arrogancia sabiendo que no lo van a poner de patitas en la calle. Un delincuente representando y negociando en nombre de sus compañeros. Si Pablo Iglesias levantara la cabeza y viera toda esta degradación ética y moral se largaría de inmediato. Sé que llueve sobre mojado y que a esta chusma político-sindical todo esto le importa un bledo. Aun así voy a seguir, aunque sea en solitario, dando la vara con este asunto. Porque es intolerable que los delincuentes sexuales sigan teniendo el reconocimiento social que se les niega a sus víctimas.

Pour être informé des derniers articles, inscrivez vous :