Corrupción en Villablino 1987-2013 (III)

Publié le par Manolo Barrero

Lavadero VillablinoEn Laciana a finales de los 80 y principios de los 90 presuntos corruptores y corruptos lucen el palmito con gran descaro. Sin embargo, esa insultante desvergüenza  apenas es criticada. Solo una minoría muy minoritaria osa denunciarla. Quizá por eso de que el miedo guarda la viña. El presunto gran corruptor es el entonces director general de la Minero Siderúrgica de Ponferrada MSP, Alfonso García Argüelles. En su Asturias natal conocido como Alfonsón. Como en la novela de Zola, Germinal, la empresa no solo es dueña del yacimiento de carbón sino que también gobierna las vidas de todos sus trabajadores y de buena parte del resto de ciudadanos. Viviendas, economatos, hospitales etc., todo le pertenece. Para directivos, mandos intermedios, sindicalistas sui géneris obreros y pueblo en general, Alfonsón es como una especie de bendición caída del cielo. Algo así como el Mesías minero que va a salvar la maltrecha y envejecida empresa. Sin embargo, en menos de una década su brillante gestión acabará quebrando la compañía. Entre tanto más de uno se puso las botas con cargo al erario público. Alfonsón al igual que hoy Victorino Alonso saben que el divide y vencerás es el arma de guerra más eficaz para imponer su política empresarial. En 1985 esa función de ariete esquirol se la encomienda al líder sindical de UGT, Pedro Fernández. Éste es el encargado de disparar a mansalva toda la munición demagógica contre el equipo de Gobierno municipal, por su oposición a las explotaciones a cielo abierto. Y lo que es más importante, por su defensa de la legalidad. Truncados los planes de explotar a cielo abierto en los montes de Utilidad Pública del pueblo de Robles, Alfonsón ordena que se comience por la brava en el Puerto de Leitariegos. Monte privado propiedad del la Fundación Álvarez Carballo. El ayuntamiento respondió a la bravuconada ocupando la explotación e impidiendo las labores de extracción durante 48 días. Al término de los cuales la Guardia Civil, cumpliendo ordenes del Gobernador socialista de la época, manu militari dejó el terreno presto y dispuesto para que fuera pasto de las máquinas. Aún hoy son visibles sus dentelladas. Ahí comienza el declive de Laciana y se inicia una década de prodigiosa corrupción al por mayor. Lo que iba a ser un balón de oxigeno para la economía de la comarca acabó siendo una bomba cuya onda expansiva aún hace estragos. 

Pese a esta primera victoria Alfonsón es plenamente consciente de que sin el control total del consistorio sus planes pueden acabar en la papelera. De ahí que ponga toda su artillería, que es enorme, al servicio del PSOE y del la UGT de Laciana. Estamos a menos de dos años de unas elecciones municipales y hay que ganarlas cueste lo que cueste. Pedro Fernández se convierte así en el gran factótum local. Una especie de jefe de recursos humanos en la sombra al que hay que acudir para entrar a formar parte de la plantilla del personal. “Al chaval mío lo colocó Pedro” esta es una de las frases más repetidas entonces. Una época en la que casi todo era normal, porque así había sido toda la vida y que hacía bueno el dicho de que “el que tiene padrino se bautiza…” Quienes tuvimos la osadía de hablar de tráfico de influencias y de corrupción fuimos vilipendiados y calumniados hasta los extremos más barriobajeros. Además, de deambular por las salas de vista de los juzgados.  En 1987, por fin, el PSOE se hace con la Alcaldía. Las dos primeras medidas de hondo calado del nuevo equipo están relacionadas - simple casualidad -  con el urbanismo. Una, se anula la protección forestal, establecida por el equipo anterior, de una gran franja de terreno para dar vía libre a lo que hoy es EL Feixolín. Dos, se comete el mayor desastre urbanístico de la historia de Laciana al autorizar la construcción de un lavadero de carbón, a escasamente 200 metros de las primeras edificaciones del casco urbano de Villablino y justo al borde del río Sil. Los responsables ni siquiera han pasado por el juzgado. Y para muestra un botón. Como el asunto sigue siendo escandalosamente llamativo, el día 14 de enero de 2010, a propuesta de Los Verdes, el pleno del ayuntamiento adopta el siguiente acuerdo: Constitución de una Comisión especial, compuesta por un representante de cada uno de los grupos políticos que forman esta Corporación y de la que también formarán parte el Secretario de la Corporación y la arquitecta municipal, y cuya misión consistirá en la elaboración de un informe sobre la legalidad y viabilidad de esta instalación con arreglo a la legislación en vigor”. La alcaldesa, Ana Luisa Durán, se las ha arreglado para nada se haya movido desde entonces. ¿Acaso no tiene esto bisos de prevaricación? ¿A qué se debe la pasividad del resto de los grupos políticos? Esas y otras preguntas también deberían hacérselas los lacianiegos.

Naturalmente, todo este bandolerismo no le ha salido gratis a la ciudadanía. Los intereses que ha pagado por los trapicheos de los presuntos corruptores y corruptos están a la vista. Alfonsón y su equipo quebraron la MSP y el PSOE, después de ocho años de disfrute del poder, dejó el ayuntamiento en bancarrota. Al día de hoy aún se siguen pagando pufos de la época. Unas pinceladas para que el lector se haga una idea. En el primer trimestre de mandato los nuevos inquilinos del consistorio se gastan en dietas y representación lo que la anterior corporación se venía gastando en tres años. En ocho años se multiplica por 10 la plantilla del personal y sin el menor proceso de selección. Hasta ahí podíamos llegar. Las grandes obras de esta época soportan, todas ellas, revisiones de precios descomunales y el rumor sobre las mordidas no deja de crecer a lo largo y ancho de esta época dorada del socialismo lacianiego. Se crean Cooperativas como por ejemplo “El Felecho” destinada a suministrar toda la indumentaria laboral de la MSP, también para empresas de medio país y parte del extranjero. Se trincan las subvenciones y nunca más se supo del chiringuito. Al frente del mismo personal altamente cualificado. Esposas de concejales, de militantes y demás tropa.  Otra gran empresa de infausto recuerdo y liquidada recientemente estaba destinada a ser la gran proveedora de viviendas a precios muy asequibles. Poco menos que simbólicos. No llegó a construir ni una pero el agujero negro que dejó en las arcas municipales fue morrocotudo. Nadie acabó en la cárcel. Este fabuloso y brillante equipo se encontró a su llegada un proyecto de mercado de ganados. Cierto es que modesto pero con arreglo a lo que el sector representaba. Es decir, muy poca cosa puesto que el monocultivo del carbón ya había prácticamente acabado con la agricultura y ganadería de la zona. Pues bien, los amigos del poder redactaron uno nuevo con categoría de cinco estrellas. Hoy apenas tiene utilidad. De forma limpia y también puramente casual su ejecución fue encomendada a una persona de toda confianza. Un ex procurador regional de la cuerda, para más señas. En cualquier país de nuestro entorno el tema habría acabado en el juzgado.  La cafetería del recinto ferial se adjudicó también a alguien de la casa por un precio simbólico y cuentan que aún hoy el ayuntamiento sigue pagando la factura del suministro eléctrico. Habrá que verificarlo. El Polígono Industrial acabó también el los papeles. El sobre coste aún está por determinar. El cúmulo de irregularidades de diversa índole es interminable. Nadie ha asumido la menor responsabilidad, ni política ni penal, por este desbarajuste económico financiero. Podría seguir enumerando actuaciones de similar naturaleza, pero como esto sigue hagamos una pausa.

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